Los abusos de las aseguradoras en México ante accidentes automovilísticos | Opinión de María Antonieta Pérez
- La Redacción

- 15 sept
- 4 Min. de lectura

En México, las aseguradoras desempeñan un papel fundamental en la protección patrimonial y personal de millones de automovilistas. Sin embargo, los abusos que cometen al no resolver de manera eficiente los reclamos tras accidentes automovilísticos se han convertido
en un problema recurrente y de gran impacto social. Este documento desarrolla ampliamente las principales problemáticas, casos frecuentes, impacto en la ciudadanía, referencias estadísticas, comparaciones internacionales y propuestas de solución. Su objetivo es visibilizar la urgencia de una transformación profunda en el sector asegurador para garantizar un servicio justo y eficiente.
1. La importancia del seguro automotriz en México
El seguro automotriz es un requisito indispensable para circular en la mayoría de las entidades del país, ya que brinda protección económica tanto a los conductores como a las víctimas de accidentes. Según datos de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS), alrededor del 35% de los vehículos en circulación cuentan con algún tipo de póliza, lo que refleja un bajo nivel de aseguramiento comparado con otros países de América Latina. En teoría, este instrumento debería garantizar certeza y tranquilidad a los asegurados. Sin embargo, en la práctica, los usuarios denuncian deficiencias como la lentitud en la respuesta, evasión de responsabilidades y el uso de cláusulas ambiguas para justificar la negativa de pagos.
Por ejemplo, en un estudio realizado por la CONDUSEF en 2022, se reportó que las quejas más frecuentes contra aseguradoras en materia automotriz están relacionadas con la negativa en el pago de indemnizaciones (38% de los casos) y con demoras excesivas en la atención (29%). Esto refleja la falta de cumplimiento de las aseguradoras frente a los principios básicos de servicio al cliente.
2. Abusos comunes por parte de las aseguradoras
Los abusos se presentan en múltiples formas. Entre las más frecuentes se encuentran:
- Negativa de pago: Argumentan exclusiones poco claras o interpretaciones arbitrarias del contrato.
- Retrasos en la indemnización: Dilatan los procesos administrativos, llegando en algunos casos a prolongarse meses.
- Valor menor de indemnización: Pagan montos muy por debajo del valor real del vehículo sin transparencia en los criterios de avalúo.
- Presión psicológica: Los ajustadores presionan al asegurado para aceptar convenios desventajosos o “finiquitos express”.
- Uso de talleres poco confiables: Remiten a reparaciones de baja calidad para reducir costos.
Estos abusos no son hechos aislados. La CONDUSEF ha documentado que, entre 2019 y 2023, las quejas contra aseguradoras crecieron en más de un 40%.
Aunado a esto, muchos ciudadanos prefieren no denunciar, ya sea por desconfianza en las instituciones o por falta de información, lo que permite que
estas prácticas se perpetúen sin consecuencias graves para las compañías.
3. Consecuencias para los automovilistas y la sociedad
Los efectos de los abusos se reflejan en tres niveles:
- Individual: El asegurado enfrenta pérdidas económicas significativas, desgaste emocional y en muchos casos la pérdida de su principal medio de transporte.
- Familiar: Las familias deben enfrentar gastos inesperados y complicaciones en la movilidad, lo que afecta su economía doméstica.
- Social: Se genera una cultura de desconfianza hacia el sector asegurador, lo que desincentiva la contratación de pólizas.
En países desarrollados, contar con un seguro vehicular es una garantía de tranquilidad. En contraste, en México, la percepción es que “tener seguro no asegura nada”. Esta diferencia cultural evidencia cómo la ineficacia y los abusos minan la confianza ciudadana en el sistema financiero y en la justicia.
4. El marco legal y los retos de la PROFECO y la CONDUSEF
En México existen instancias como la CONDUSEF y la PROFECO que pueden intervenir en conflictos entre aseguradoras y clientes. Ambas instituciones cuentan con mecanismos de conciliación y sanción. Sin embargo, enfrentan retos como:
- Saturación de casos: La alta demanda limita su capacidad de respuesta oportuna.
- Falta de sanciones ejemplares: Las multas son relativamente bajas comparadas con las ganancias de las aseguradoras.
- Burocracia: Los procesos de queja son largos y desgastantes, lo que desincentiva a los usuarios.
Comparado con países como Chile o España, donde existen procesos más ágiles y sanciones más duras contra aseguradoras incumplidas, México aún tiene un camino importante por recorrer. Es necesario modernizar los marcos regulatorios y adoptar mejores prácticas internacionales para equilibrar la relación entre aseguradora y asegurado.
5. Propuestas y soluciones
Algunas propuestas para enfrentar este problema son:
- Reformas legales: Establecer plazos máximos de 15 días hábiles para indemnizar tras un accidente.
- Transparencia en avalúos: Implementar criterios homologados y públicos para calcular el valor de los vehículos.
- Supervisión tecnológica: Crear plataformas digitales que permitan dar seguimiento en tiempo real al avance de los reclamos.
- Educación ciudadana: Desarrollar campañas de difusión masiva sobre los derechos de los asegurados.
- Sanciones más severas: Aumentar las multas a aseguradoras reincidentes y transparentar públicamente los índices de quejas.
Estas medidas no solo ayudarían a reducir los abusos, sino que generarían un entorno de mayor confianza en el sector, fomentando que
más personas contraten seguros y contribuyan a una movilidad más segura.
Conclusión
El problema de los abusos de las aseguradoras en México no es menor. Miles de automovilistas viven cada año experiencias de injusticia, burocracia y negligencia que impactan directamente en su economía y en su calidad de vida. Mientras en otros países el seguro representa certeza, en México todavía se percibe como una apuesta de riesgo.
Es indispensable fortalecer a las instituciones reguladoras, endurecer las sanciones y garantizar procesos de conciliación ágiles. De igual forma, se requiere una ciudadanía más informada y dispuesta a denunciar. Solo con un esfuerzo conjunto será posible construir un sistema de seguros confiable, justo y transparente que cumpla su verdadero propósito: proteger al ciudadano y contribuir a la construcción de una sociedad más justa y con mayorconfianza en sus instituciones.







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