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Hacer lo correcto no debería costarnos la vida | Opinión de Valentina Terrazas

  • Foto del escritor: La Redacción
    La Redacción
  • 5 nov
  • 2 Min. de lectura
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Lo sucedido con Carlos Manzo no es un hecho aislado: es el reflejo de un país sometido por el crimen e ignorado por su propio gobierno. Un país donde te matan por hacer lo correcto, donde te callan si exiges justicia, donde la valentía se paga con la vida.


El asesinato del alcalde de Uruapan nos duele. Nos da rabia, impotencia y vergüenza. Porque Carlos no solo era un funcionario público: era un hombre que creyó en lo que hoy parece imposible, que apostó por la paz, la seguridad y la justicia que el oficialismo nos ha negado. Un padre que soñaba con un México distinto para sus hijos, hijos que hoy cargan el trauma de ver cómo el crimen organizado le arrebató la vida frente a sus ojos.


Y como si el dolor no bastara, la respuesta del gobierno fue una burla. La “Presidenta” (sí, entre comillas) decidió no dar la cara, no asumir su responsabilidad. Prefirió culpar a Calderón y a Peña Nieto, como si siete años en el poder no fueran suficientes para rendir cuentas. Esa cobardía solo confirma lo que ya temíamos: o no gobiernan este país, o lo hacen de la mano de los criminales.


El asesinato de Carlos Manzo nos duele. Nos duele saber que (sobre) vivimos en un país donde hacer las cosas bien te cuesta la vida; donde soñar con un mejor México te convierte en enemigo del gobierno; donde las balas se disfrazan de abrazos.


Hoy sentimos impotencia, sí, pero también hay muchas ganas de seguir luchando para que México vuelva a ser de las y los mexicanos. Porque esta generación no descansará hasta que ser mexicano deje de ser una sentencia de muerte y vuelva a ser un motivo de orgullo.

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