top of page
LXVIII (1)_page-0001.jpg
500x200 (4).png

El trabajo sexual: un tema urgente para la justicia social | Opinión de Yoleth Erives

  • Foto del escritor: La Redacción
    La Redacción
  • 24 abr
  • 3 Min. de lectura
ree

En la actualidad, nuestro país atraviesa por momentos de incertidumbre política y diversos conflictos dentro de nuestra sociedad, pero, uno del que se habla poco y pienso que debería hacerse más es sobre el trabajo sexual en nuestro país.


A la fecha, este sigue siendo un tema complejo y en evolución, marcado por iniciativas legislativas que se quedan en simplemente eso; debates sociales y esfuerzos para reconocer y proteger los derechos de quienes ejercen esta actividad.


El trabajo sexual en nuestro país sigue en una zona legal ambigua, y, aunque no está explícitamente prohibido a nivel federal, tampoco está reconocido como una actividad laboral dentro de la Ley Federal del Trabajo (LFT), esto, deja a las personas que lo ejercen en una situación de vulnerabilidad legal y social.


Algunos de los recientes esfuerzos legislativos por su regulación comprenden que, en octubre de 2022, la diputada María Clemente García Moreno por Morena, propuso reformas a la LFT para incluir un capítulo específico sobre el trabajo sexual, definiéndolo como una actividad libre, voluntaria y autónoma entre adultos. La propuesta, buscaba establecer derechos y obligaciones para quienes ejercen esta labor.


En marzo de 2025, la diputada Reyna Celeste Ascencio Ortega por Morena presentó una iniciativa para modificar la Ley General para la Prevención Social de la Violencia y la Delincuencia, con el objetivo de evitar la estigmatización y criminalización del trabajo sexual, garantizando la seguridad de las personas que lo ejercen y capacitando a las instituciones de seguridad publica en ese aspecto.


Entre muchos más esfuerzos por darles seguridad legal a quienes ejercen este trabajo, es una realidad que, a pesar de ellos, el trabajo sexual en México sigue sin estar plenamente reconocido ni regulado, lo que mantiene a quienes lo ejercen en una situación de vulnerabilidad legal y social. La discusión continúa en diversos ámbitos legislativos, buscando equilibrar la protección de los derechos humanos y laborales de quienes ejercen el trabajo sexual con la prevención de delitos de trata de personas.


Pero ¿cuáles son las reales ventajas y desventajas de regular el trabajo sexual en nuestro país? Algunas desventajas destacables, podrían ser que, puede haber una brecha entre quienes ejercen este trabajo dentro de la legalidad, y quienes no pueden o no quieren hacerlo, generando un nuevo tipo de exclusión; si no hay una vigilancia efectiva, empleadores podrían disfrazar la trata o explotación bajo la fachada de “trabajo sexual regulado”; y, en contextos conservadores, la regulación podría acarrear rechazo social, dificultando su implementación.


Por otro lado, algunas de las ventajas y más importantes incluyen, que, la regulación permitiría que el trabajo sexual se integre a la economía formal, generando ingresos fiscales y acceso a servicios financieros o bancarios por quienes lo ejercen; reconocer el trabajo sexual fortalecería la autonomía de quienes lo ejercen, al permitirles el acceso a un sistema de justicia, y/o negociar condiciones de trabajo sin temor a ser criminalizadas; también, una regulación incluyente abriría espacios para que trabajadoras sexuales participen en la elaboración de políticas públicas, promoviendo leyes justas y representativas.


La regulación del trabajo sexual en México no es un tema menor, ni puede seguir siendo invisibilizado bajo el manto del tabú o la indiferencia legislativa. A través de los años, diversas voces han exigido lo que debería ser un derecho básico: reconocimiento legal, protección frente a la violencia y acceso a condiciones laborales dignas. Sin embargo, la ambigüedad jurídica y los prejuicios sociales siguen dejando en el margen a miles de personas que ejercen esta actividad.


Reflexionar sobre este tema implica cuestionarnos que tan dispuestos estamos como sociedad a reconocer derechos donde históricamente ha habido exclusión. ¿Podemos seguir construyendo un país que hable de justicia y equidad, mientras mantenemos en la sombra a quienes simplemente buscan ejercer su autonomía? Regular el trabajo sexual no es incentivar la explotación, es garantizar dignidad, protección y voz a quienes por demasiado tiempo han sido ignoradas.

Comentarios


bottom of page